La cultura de crueldad de Butterball

Mercy For Animals ha llevado a cabo múltiples investigaciones encubiertas en las granjas industriales de Butterball y ha descubierto el espantoso abuso animal que ha dado lugar a la condena penal de los trabajadores de Butterball que fueron grabados en video golpeando brutalmente a los animales.

Investigación en 2014

La investigación de Mercy For Animals en un criadero de pavos de Butterball reveló la horripilante crueldad con los animales, incluyendo:

  • Aves recién nacidas separadas de sus cascarones mecánicamente de manera brusca, a menudo atascadas y mutiladas en la maquinaria de la granja industrial;
  • Pavos a quienes se les remueven y queman sus dedos y picos sin ningún analgésico;
  • Trabajadores tirando, dejando caer y empujando descuidadamente las aves bebés sin ninguna consideración por su bienestar; y
  • Aves heridas siendo lanzadas a un triturador para ser molidas vivas.
 
 

Investigación en 2012

Otra investigación encubierta realizada por Mercy For Animals en múltiples granjas industriales de Butterball mostró que el abuso animal sigue ocurriendo de manera incontrolada. La investigación reveló:

  • Trabajadores pateando y pisoteando las aves, arrastrándolas tomadas de sus frágiles alas y cuellos, y lanzando maliciosamente los pavos al suelo o encima de otras aves;
  • Pavos con heridas abiertas, infecciones, huesos rotos y otras lesiones graves abandonados a su sufrimiento sin atención veterinaria adecuada; y
  • Trabajadores tomando las aves de sus alas o cuellos y encerrándolas violentamente en pequeñas jaulas de transporte, sin ninguna consideración por su bienestar.
 
 

Investigación en 2011

En 2011, un investigador encubierto de MFA documentó un patrón de abuso y negligencia escandalosos en una instalación de Butterball para recolectar semen de pavo en Shannon, Carolina del Norte. El video tomado con una cámara escondida en esta granja industrial de Butterball reveló:

  • Trabajadores pateando y pisoteando violentamente a las aves, arrastrándolas tomadas por sus frágiles alas y cuellos, y lanzando maliciosamente los pavos al suelo o en los camiones de transporte a plena vista de los administradores de la empresa;
  • Empleados golpeando la cabeza de las aves vivas con barras de metal, dejando sufrir y morir lentamente de sus heridas a muchas de ellas;
  • Pavos cubiertos de moscas, viviendo en su propio excremento, algunos incapaces de acceder a la comida o el agua y sufriendo de una severa pérdida de plumas.
  • Aves sufriendo de enfermedades y lesiones graves no tratadas, incluyendo heridas abiertas , infecciones, ojos podridos y huesos rotos; y
  • Pavos gravemente heridos, incapaces de ponerse de pie o caminar, abandonados a la muerte sin atención veterinaria , ya que el tratamiento de animales enfermos o heridos era demasiado costoso y requería mucho tiempo, como le explicó el administrador de la granja al investigador de MFA .
 
 

Arrestos y condenas

Después de cada una de estas investigaciones, MFA se dirigió inmediatamente a los agentes del orden con extensas imágenes de vídeo y detalladas quejas legales describiendo la violencia y la crueldad rutinarias registradas en Butterball.

Con base en la evidencia de la investigación de 2011, las fuerzas del orden estatales obtuvieron una orden judicial y allanaron las instalaciones de Butterball por motivos de crueldad con los animales. La redada dio lugar a cargos de delito grave y menor de crueldad animal y condenas contra cinco trabajadores de Butterball, incluyendo la primera condena en la historia de los Estados Unidos por el delito grave de crueldad hacia los animales relacionada con las aves utilizadas para la producción de alimentos.

Además, la Dra. Jean Sarah Mason, directora de los Programas de Salud Animal del Departamento de Agricultura de Carolina del Norte, se declaró culpable de obstrucción de la justicia después de admitir la filtración de información confidencial a Butterball y potencialmente comprometer la investigación por crueldad criminal llevada a cabo por funcionarios estatales encargados de hacer cumplir la ley.

Salva un pavo

Por desgracia, la vida de los pavos en las granjas industriales de Butterball es corta, brutal y está llena de miedo, violencia y sufrimiento constante. Mientras que los pavos silvestres son elegantes, ágiles y capaces de volar, los pavos de Butterball han sido criados selectivamente para crecer tanto y con tanta rapidez, que muchos de ellos sufren de defectos óseos dolorosos, lesiones articulares de cadera, deformidades incapacitantes en los pies y las piernas, y ataques cardíacos fatales.

A pesar de que los pavos domésticos han sido manipulados genéticamente para lograr un crecimiento enorme, estas aves aún conservan su naturaleza gentil, curiosa y social. El Dr. Tom Savage, experto en aves de la Universidad del Estado de Oregón, afirma que los pavos son “animales inteligentes, con personalidad y carácter, y con una profunda conciencia de su entorno.”

De hecho, los expertos en comportamiento animal, veterinarios y científicos están de acuerdo en que los pavos son animales sensibles e inteligentes con personalidades únicas, al igual que los perros y gatos que todos conocemos y amamos.

Como el mayor productor mundial de carne de pavo, Butterball es responsable del 20% de los 252 millones de pavos criados y sacrificados cada año para el consumo en los Estados Unidos, y del 30% de los 46 millones de pavos que son asesinados durante Acción de Gracias.

Mientras MFA trabaja para revelar y poner fin al abuso animal en Butterball y otros gigantes de las industrias de la carne, los lácteos y los huevos, los consumidores pueden ayudar a prevenir el sufrimiento innecesario de los pavos y otros animales mediante la adopción de una dieta vegana compasiva.

 

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